Sus labios se fueron uniendo en dulce y cálido beso. Menny rodeo la cintura de (Tu nombre) era como si sus manos estuvieran hechas especialmente para su cuerpo. (Tu nombre) rodeaba con sus manos el cuello de Menny. Entre besos la cargo entre sus brazos conduciéndola hasta la colchoneta; mientras que con delicadas caricias sus ropas iban quedando en el camino. Suavemente la acostó en la colchoneta. Y fue así que frente a toda una noche de amor se entregaron en cuerpo y alma, mientras la luna era testigo; para así darle paso a un hermoso día.
A la mañana siguiente el primero en despertarse fue Menny gracias al radiante sol que comenzaba alumbrar aquella hermosa mañana. Agacho su mirada y vio a (Tu nombre) profundamente dormida en su pecho. Una sonrisa ilumino su rostro al recordar la noche de ayer. Se dedico a observarla por unos minutos. Le acariciaba su espalda. Después de unos minutos (Tu nombre) fue despertando poco a poco.
Menny: Hola! Princesa, buenos días
Tu nombre: Hola! Hermoso, buenos días
Menny: ¿Cómo estás? ¿Cómo amaneciste?
Tu nombre: Bien gracias, a tu lado sabes que no podría amanecer mejor; y tú?
Menny: Yo también, feliz de estar contigo… de estar a tu lado, de que estés conmigo
Tu nombre: Siempre voy a estar a tu lado pase lo que pase
Menny: Hasta que la muerte nos separe
Tu nombre: Más allá de la muerte. Mi amor puedo hacerte una pregunta?
Menny: Claro! Princesa la que quieras
Tu nombre: ¿A pesar de todo lo que ha pasado aún quieres casarte conmigo?
Menny: Claro! Que quiero princesa… es lo que más deseo en mi vida… casarme contigo; ¿por qué me lo preguntas?
(Tu nombre) no pudo evitarlo y agacho su mirada.
Tu nombre: Es que…
Menny levanto su rostro para mirarla a los ojos.
Menny: ¿Qué pasa hermosa?
Tu nombre: Si yo no hubiera hecho este viaje, tal vez nada de esto estaría pasando
Menny: Tú no tienes la culpa de lo que paso mi amor
Tu nombre: Si… si la tengo; por mi culpa Martin quiso hacerte daño
Menny: Pero ni tu ni yo sabíamos que algo así iba a pasar… nadie lo sabía
Tu nombre: Pues si pero yo pude haberlo evitado
Menny: Tú no tienes la culpa de nada princesa, al contrario yo tengo la culpa por no saberte defender de el
Tu nombre: Pero lo importante es que el ya está en la cárcel y ya no nos va a poder hacer nada
Menny: Si, además yo voy a estar aquí para cuidarte, no voy a dejar que te vuelvan hacer daño
Tu nombre: Gracias, eres tan lindo conmigo… te amo
Menny: Yo también te amo hermosa
Tu nombre: Mi amor ya me dio un poco de hambre
Menny: A mí también… quieres que nos regresemos al hotel y desayunemos en el restaurant?
Tu nombre: Si
Menny: Entonces vamos… déjame te ayudo a levantarte
Menny la ayudo a levantarse, recogieron las cosas que habían llevado, la tomo de la mano y caminaron con dirección hacía la habitación del hotel, pues primero se darían un baño y arreglarían para bajar a desayunar algo. Después de una hora terminaron de arreglarse. Bajaron al restaurant del hotel, ahí se encontraron con Agustín, Sebastián, Oscar y Matías; quienes estaban comenzando a desayunar.
Tu nombre: Hola! Chicos, buenos días
Sebastián: Hola! (Tu nombre) buen día, cómo sigues?
Tu nombre: Ya mucho mejor Sebastián, gracias por preocuparte
Sebastián: Como no preocuparme si eres parte de esta familia, todos estábamos preocupados por ti
Tu nombre: Lo sé, y les agradezco mucho que hayan estado ahí en esos momentos
Oscar: No hay nada que agradecer, gracias a Dios despertarte si no que hubiera hecho Menny
Tu nombre: ¿Y mi hermana? Pensé que estaría con ustedes
Matías: Estaba con nosotros pero subió a su cuarto a hacer una llamada
Menny: Bueno mi amor vamos a desayunar porque tú tenías hambre
Tu nombre: Si
(Tu nombre) y Menny se sentaron a desayunar con los chicos. Mientras desayunaban platicaban de algunas cosas. No podían faltar las ocurrencias de Oscar y Matías.
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